martes, 15 de julio de 2008

Crisis financiera: focos rojos para PEMEX

Este martes la agitación fue particularmente marcada en los corrillos financieros internacionales, en una especie de clímax a la tensión vivida en las semanas y meses precedentes; George Bush convocó a rueda de prensa para tratar de dar un mensaje de calma a los mercados ante el panorama económico que conjunta elevados precios del petróleo, una revaluación del euro y el rescate de dos jugadores de peso en el mercado inmobiliario estadounidense. Por otro lado, las bolsas de valores del mundo han persistido a la baja debido a la preocupación por la crisis hipotecaria americana y a los riesgos generalizados de inflación gracias al aumento constante de los precios del petróleo. Tal como numerosos analistas previeron hace meses, cuando se daba a conocer la caída del ramo inmobiliario en EU y se trataban de vislumbrar las repercusiones a mediano y largo plazo, en este momento la magnitud del problema se expande con intensidad a los mercados externos, aún los asiáticos que hoy son golpeados con fuerza: Mitsubishi Financial Group y Matzuho, los mayores bancos de Japón, ven caer el precio de sus acciones al estar expuestos ampliamente a la deuda emitida por las inmobiliarias en rescate. Las tasas de interés se mantienen en revisión a la alza hasta nuevo aviso en un intento por contener la inflación mundial, y el panorama económico global no pinta muy bien; ya que en México estamos ante la coyuntura política de la reforma energética, que busca segmentar a PEMEX para trasladar su propiedad a manos privadas, vale la pena analizar las repercusiones de este escenario de crisis en el contexto nacional.
El amplio sector que apoya la reforma energética (por servilismo al poder antes que por convicción, o por conocimiento siquiera del tema) ha mantenido una reprobable discrecionalidad sobre la misma, de forma que realmente la población mexicana desconoce los pormenores de esta iniciativa; el Canal del Congreso, donde se están transmitiendo los debates al respecto, no tiene cobertura general en la mayoría de los hogares del país, lo cual limita vía ignorancia la capacidad de opinión sobre el tema. Lo que sí se ha hecho es ejercer influencia mediática a través de los spots televisivos que ciertamente hablan de la necesidad de refinar en el país la gasolina y los hidrocarburos que se consumen, pero de forma facciosa y que no mueve a la reflexión sino a la persuasión pasiva. Los sectores de izquierda han mantenido el tema en la mesa de discusión gracias a su aún palpable poder de convocatoria; sin embargo en estos momentos su labor es fácilmente denostada debido al descalabro, también mediático, que en su momento ejerció el delirio de López Obrador al salir a tomar las calles, dañando sustancialmente la imagen del PRD ante la opinión pública y permitiendo así que se abrieran espacios para la concertación clandestina de posiciones con la derecha en el poder. En ocasiones anteriores este autor ha señalado a la falta de información por parte de la opinión pública como causa fundamental de la inmovilidad política; en este momento, el contexto económico debe servir de acicate para prestar atención a lo que se está haciendo en las mesas de debate y a lo que Felipe Calderón planea hacer con PEMEX, ya que hoy más que nunca se resentirán presiones desde EU para abrir la petroquímica a la inversión de capitales externos, dados los altos precios del petróleo. El consumidor de crudo por excelencia se ve en apuros con un gasto energético sumamente elevado, un dólar débil y la mitad de su sector inmobiliario en proceso de rescate; los efectos financieros en las bolsas del mundo encienden los focos rojos de las grandes corporaciones, y los jugadores yanquis del mercado energético que apostaron al proyecto de Calderón para hacerse con el mercado mexicano no desearán perder más tiempo. Si el debate no se legitima con la participación ciudadana objetiva, difundida, y sobre todo AMPLIA, la parafernalia actual de cuarenta y tantos días no habrá servido de nada.
La evolución de la tasa de rendimiento de los CETES a 28 días en el último mes se dio como sigue: 7.74%, 7.75%, 7.76%... y 8.02% el día de hoy; se espera que este viernes 18 el Banco de México eleve la tasa objetivo de 7.75% a 8%, motivo que generó esta reacción de “salto” en el mercado de valores. De otra parte, el crudo finalmente cerró hoy en baja marginal en los mercados internacionales, con 4 dólares de menos; la eliminación de la restricción de exploraciones en las costas estadounidenses (otra medida matutina de Bush) surtió este efecto igualmente marginal, pero ni este anuncio ni las medidas publicadas para el rescate de las inmobiliarias Freddie Mac y Fannie Mae surtirán en realidad un efecto paliativo sustancial. Este artículo empezó bosquejando el plano financiero internacional, con el fin de comentar el panorama de afuera para entender cómo influye en nuestro país, con un clima político enrarecido por disputas ideológicas en torno al destino de PEMEX y viciado por esa “cortina de humo” que tan bien ha ocultado hasta ahora los detalles de la iniciativa. Atender el llamado de la conciencia ciudadana y ser los legítimos auditores de la "reforma" no cuesta nada; entregar gratis a una poderosa petrolera (la nuestra) para que los neoliberales de Calderón hagan fortuna nos costará invariablemente la prisión del subdesarrollo y el colonialismo económico.

sábado, 12 de julio de 2008

El reflejo de la desigualdad en los indicadores económicos y los dobles discursos de la derecha

11 de julio de 2008.

Esta mañana llama la atención un artículo de José Manuel Martínez en la sección de Negocios de CNN Expansión por Internet. El título sorprende en cuanto ofende a la realidad nacional: “¿Cuál crisis? Autos de lujo suben ventas”.; también ofende en cuanto a la seria incongruencia de su título con el texto, que en diversas partes refuta semejante declaración. Y finalmente ofende en cuanto a que refleja, bien una insensible irresponsabilidad del autor, o bien una profunda ignorancia de su parte. El más elemental análisis de la información presentada indica que esta dinámica en las ventas del sector automotriz sólo puede producirse en un contexto de desigual distribución del ingreso nacional, y no percatarse de ello refleja una falta de interés y aún de capacidad para discernir sobre temas económicos y de desarrollo que aqueja a la sociedad mexicana desde hace décadas.
De acuerdo al artículo, el mercado interno se encuentra deprimido por la entrada de vehículos de Estados Unidos; se registra una baja acumulada a 3 años de 29% en las ventas de subcompactos en un contexto de desaceleración de la economía estadounidense (principal mercado de la producción automotriz nacional) y de revisión a la baja de las expectativas de crecimiento en México. En añadidura, este año cerraremos con una inflación notablemente mayor al pronóstico debido a los altos precios de los energéticos y los alimentos, lo cual de paso compromete el desarrollo de nuevos negocios y la generación de empleos, al menos para el próximo año. Nuestros indicadores de desarrollo social dejan mucho que desear en general, y por si todo esto fuera poco, desde que Calderón asumió la presidencia parece que el estado de derecho se tambalea ante los ya varios casos de brutalidad policíaca y de exceso de fuerza por parte del ejército, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, los sectores oficialistas mantienen la creencia de que las políticas económicas en México (de todo punto desconocidas a la opinión pública) están haciendo lo correcto en cuanto a impulsar el crecimiento nacional; no parecen percatarse de que el crecimiento debe reflejarse en el bolsillo de los ciudadanos para que sea auténtico, y que la disparidad tan acentuada en los niveles de vida es la prueba máximo y evidente de un fracaso rotundo y ruidoso de toda política pública que cualquier funcionario federal pueda mencionar.
La perspectiva económica de la derecha apunta a dejar en manos privadas todos los sectores productivos del país; el argumento neoliberal es la libertad de mercados, aduciendo una arcaica idea económica que propone perfecto funcionamiento de los mismos. Aceptar como válida esta teoría implicaría reconocer que toda la ciencia económica no tiene razón de ser: si todos los bienes se asignan de forma eficiente, no hay necesidad de estudiar los mecanismos de mercado ni de luchar contra la pobreza, puesto que no existiría algo semejante. Esto es, pues, un disparate en el mejor de los casos; lo que llamamos fallas de mercado, existen en muy variadas y comunes formas, y la intervención del Estado en la economía tiene la finalidad de corregir tales fallas, que implican que no hay eficiencia productiva o justicia social. El artículo periodístico que nos atañe encierra la contradicción de minimizar la carestía de los mexicanos, al mismo tiempo que revela una baja en las adquisiciones de los sectores medios y un alza en las ventas del segmento alto de la sociedad. Y esta situación comprueba que la desigualdad en México se está acentuando cada vez más conforme pasan el tiempo y las políticas económicas de los conservadores en el poder; la disparidad de ingresos y riqueza es una de las fallas de mercado más lesivas a la integridad social y debe ser tratada como tema prioritario en la agenda pública. En este escenario, es inconcebible darle impulso a políticas de apertura de mercados a la competencia internacional y a mercados externos, cuando los gobiernos panistas no se han preocupado EN ABSOLUTO por brindar apoyos a los sectores productivos nacionales y crear infraestructura competitiva. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha tenido, para nosotros, la debilidad de carecer de aplicación equitativa de condiciones; mientras los gobiernos mexicanos desde Ernesto Zedillo se negaron criminalmente a apoyar al agro por lo establecido en el tratado, los productores estadounidenses fueron ampliamente subsidiados y tuvieron acceso privilegiado al financiamiento. Ahora, Felipe Calderón descaradamente pretende vender la petroquímica nacional con retórica estúpida sobre la conveniencia de privatizar PEMEX (por mucho que se nieguen a utilizar el término); a estas alturas a los mexicanos nos resulta evidente que quien desea exponer a un sector productivo a la competencia internacional sin haber procurado su desarrollo previo, no está buscando el posicionamiento de la actividad económica sino dejar el camino libre para que el sector en cuestión pueda ser apropiado por capitales del exterior. Vamos a reflexionar en términos realistas: el concepto de soberanía no está fuera de contexto ni está pasado de tiempo; se trata de establecer el entendimiento de soberanía no como chauvinismo histórico, sino como manutención de la independencia económica.
Dado lo anterior, el panorama pinta negro para la economía mexicana; mientras tanto la apatía, la ignorancia y la indiferencia entran en contubernio para permitir a Calderón y sus esbirros hincharse a expensas del aparato económico nacional, de cuya venta generarán jugosos dividendos moralmente ilícitos. ¿Cuál crisis? Estamos viviendo varias; la económica es la más palpable, la ideológica social es la más lesiva. Quien pregunte en plan serio dónde está la crisis, no me merece mejor calificativo que el de ser un verdadero animal.


José Manuel Martínez, ¿Cuál crisis? Autos de lujo suben ventas. CNN Expansión online, 11 de julio de 2008. Disponible en http://www.cnnexpansion.com/negocios/2008/07/11/bfcual-crisis-autos-de-lujo-suben-ventas
 
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